sábado, 25 de febrero de 2012

LAS 7 LEYES NATURALES DEL UNIVERSO



  • 1 LA LEY DE CONTROL

 La ley de control nos dice que te sentirás positivo en la medida en que percibas que controlas tu propia vida, mientras que te invadirá una sensación negativa cuando notes que no ejerces aquel control o experimentes que tu persona se halla influida de manera notoria por una persona o fuerza externa.
            Esta ley o principio está ampliamente reconocido en psicología bajo el nombre de teoría del «lugar de control». Generalmente se admite que la mayoría de los estados de estrés, ansiedad, tensión y enfermedad psicosomática aparecen como consecuencia de sentirse la persona controlada o que no controla alguna parte importante de su vida.
            Por ejemplo, si sientes que tu vida está a merced de tus deudas, de tu jefe, de tu delicada salud, de tus malas relaciones o de la voluntad de otras personas, lo más probable es que sufras estrés. Este estrés se manifestará en forma de irritación, enfado y resentimiento y, si no se le pone remedio, evolucionará hacia un estado de insomnio, depresión y malestar físico de varias clases.
            Tu lugar de control puede tener un carácter interno o externo. Es decir, te puedes sentir responsable de tu propia vida, feliz, positivo y confiado o, por el contrario, puedes sentirte controlado por otros, impotente, atrapado y víctima.
            En cualquier caso, el hacerte con las riendas de tu vida comienza por el control de tus pensamientos, que es lo único sobre lo que puedes ejercer un completo dominio. Lo que pienses acerca de cualquier situación determina tu sentir sobre ella y este sentimiento es lo que determina tu conducta.
            La autodisciplina, el autodominio y el autocontrol se consiguen desde el momento en que puedes dirigir tu pensamiento. Ninguna persona o situación puede hacerte sentir algo; solo la forma de pensar sobre una determinada persona o situación te hace sentir eso que sientes.
            Básicamente, hay dos formas de controlar cualquier situación que te esté causando estrés o malestar psíquico. La primera es pasar a la acción, enfrentarte a ella y hacer algo para cambiarla; en otras palabras, imponerte a la situación y convertirla en algo diferente. La segunda consiste en desaparecer, quitarte de en medio. Hay veces que puedes recobrar el control apartándote de la persona o de la situación y dedicándote a hacer cualquier otra cosa.
            La ley de control te explica por qué es tan importante para ti tener decisión y saber exactamente lo que quieres. La confianza en uno mismo que da el sentirse con el control de algo, es lo que nos hace comprender que las personas que tengan un propósito claro y un plan preconcebido siempre tendrán ventaja sobre las que sean indecisas e inseguras.

  • 2 LEY DE CAUSA Y EFECTO

La ley de causa y efecto puede enunciarse afirmando que en la vida todo efecto tiene una causa específica. Es tan importante que ha sido bautizada con el nombre de «la ley de hierro del universo». Proclama que todo sucede por alguna razón, se conozca ésta o no. No existen hechos accidentales. Vivimos en un universo ordenado, regido estrictamente por leyes; esta idea es crucial para la comprensión del funcionamiento conjunto de todas las leyes o principios.
            La ley de causa y efecto nos dice que hay determinadas causas del éxito y determinadas causas del fracaso; que hay causas específicas para la salud y para la enfermedad y que también las hay para la felicidad y la infelicidad. Si hay un efecto que desees vehementemente producir en tu vida, lo único que tienes que hacer es retroceder hasta sus causas y repetirlas. Si hay un efecto en tu vida que te esté originando desazón, actúa del mismo modo: retrocede hasta sus causas y elimínalas.
            Esta ley es tan simple que deja perpleja a la mayoría de la gente. Las personas, por sistema, hacen o repiten una y otra vez aquellas cosas o situaciones que les producen infelicidad y frustración, culpando a los demás y/o a la sociedad de sus problemas.
            Se dice que no deja de ser una forma de demencia «hacer las mismas cosas del mismo modo con la esperanza de obtener resultados diferentes». En cierta manera todos hemos caído en esto en más de una ocasión. Lo que tenemos que hacer es enfrentarnos abiertamente a esta tendencia y tratar de corregirla.
            En el libro de los Proverbios se dice que «lo que un hombre siembra es lo que cosecha». Pues bien, a esta versión de la ley de causa y efecto se le llama también  la ley de siembra y recogida; o sea, que lo que siembres será lo que recogerás o, invirtiendo la oración, lo que hoy cosechas es lo que has sembrado en el pasado. Si en el futuro quieres recoger una cosecha diferente en cualquier terreno de tu vida, tienes que plantar desde ahora semillas diferentes; esta afirmación es perfectamente válida en el ámbito de las «semillas mentales».
            La más importante interpretación que de la ley de causa y efecto – o de siembra y recogida – puede hacerse es la de que «los pensamientos son causas y las condiciones efectos».
            Tus pensamientos son las causas primarias de las condiciones de tu vida. Todo lo que forma parte de tu experiencia ha comenzado con alguna forma de pensamiento, ya sea tuyo o de alguien más.
            Todo lo que eres o llegues a ser, será el resultado de tu modo de pensar. Si cambias la calidad de tu pensamiento, cambiarás la calidad de tu vida. El cambio de tu experiencia exterior traerá consigo el cambio de tu experiencia interior. Recogerás lo que has sembrado. Ahora mismo lo estás haciendo. 

  • 3 LEY DE LA CREENCIA

 La ley de la creencia nos dice que aquello en lo que creamos emocionalmente es lo que en definitiva se convierte en nuestra realidad. Cuanto más intensamente creas que algo es verdad, más posibilidades hay de que ese algo se convierta en algo absolutamente verdadero para ti. Si tú crees en una cosa, no es posible que te puedas imaginar que esa cosa sea de otra manera. Tus creencias te dan una especie de visión encajonada y hacen que ignores toda información que te llegue que no esté de acuerdo con lo que has decidido creer.
            No se cree lo que se ve, sino que se ve lo que se cree; por ejemplo, si estás profundamente convencido de que estás llamado a ser algo grande en la vida, harás, pase lo que pase, todo lo posible para avanzar hacia esa meta. No habrá nada que te detenga.
            Por otro lado, si crees que el éxito está supeditado a la suerte o a la casualidad, te descorazonarás y te contrariarás fácilmente cuando las cosas no te salgan según tu conveniencia. Tus creencias te empujan tanto hacia el éxito como hacia el fracaso.          
            Este último tipo de persona ve la injusticia, opresión y la desgracia en todas partes. Cuando las cosas le van mal, como casi siempre le sucede, lo achaca a la mala suerte o a la maldad de la gente. Se considera víctima. Debido a esta actitud, no le gusta su modo de ser ni siente respeto por sí misma.

  • 4 LEY DE LAS EXPECTATIVAS

 La ley de las expectativas establece que todo lo que esperes con una determinada certeza se convertirá en tu propia profecía de autocumplimiento. Dicho de otro modo, lo que consigas en la vida no tiene necesariamente que ser lo que quieres, sino lo que esperes. Tus expectativas ejercen una poderosa e invisible influencia que hace que las personas se comporten y las situaciones se desarrollen según tus previsiones.
            Por tu forma de hablar sobre cómo piensas que resultarán las cosas, se diría que en cierto modo estás constantemente actuando como adivino de tu propia existencia. Las personas acostumbradas al éxito suelen tener autoexpectativas llenas de certidumbre y positivismo. Esperan tener éxito, esperan gustar, esperan ser felices, y casi siempre se salen con la suya.
            La gente que tiene poco éxito se caracteriza por sus expectativas negativas, fatalistas y pesimistas. Esto hace que de alguna manera las situaciones se resuelvan de la forma esperada; es decir, teñidas de negativismo.
            La fuerza de tus expectativas está en proporción directa a la consideración que te merezca la validez de la fuente. Cuanto más grande sea la consideración que dispenses a otra persona, mayor será la influencia que él o ella ejercerá sobre las expectativas que tengas de ti mismo.

  • 5 LEY DE LA ATRACCION

 La ley de atracción es esencial para la comprensión de la condición humana y afirma que eres un imán viviente. De forma inevitable atraes hacia el círculo de tu vida a aquellas personas y situaciones que estén en armonía con tus pensamientos dominantes. Las almas gemelas se atraen. Los pájaros del mismo plumaje van juntos en bandadas. Todo lo que en tu vida hayas atraido hacia ti, lo has hecho por la clase de persona que eres y especialmente por tu forma de pensar.
            Tus amigos, tu familia, tus relaciones, tu trabajo, tus problemas y tus oportunidades han sido atraídos hacia ti por tu modo habitual de pensar en cada una de estas áreas.
            Si miras cada uno de los aspectos de tu vida, tanto positivos como negativos, te darás cuenta de que todo tu mundo está fabricado por ti y que, cuanta más carga emocional pongas en un pensamiento, más grande será la intensidad de la vibración y más rápidamente atraerás hacia tu vida a gente y situaciones que sean afines a dicho pensamiento.
            Esta ley siempre está actuando a tu alrededor. No tienes nada más que pensar en un amigo o en una amiga y lo más probable es que el teléfono esté sonando con él o ella al otro lado de la línea. Decides hacer algo e inmediatamente después comienzan a llegarte ideas nuevas y ayudas. Eres como un imán atrayendo limaduras de hierro.
            Mucha gente se retrae porque no sabe cómo trasladarse desde donde se encuentra hasta donde quiere ir. Con la ley de atracción, sin embargo, no es necesario tener todas las contestaciones antes de comenzar. Siempre que tengas claro lo que quieres y con la clase de gente que te conviene asociarte, terminarás arrastrándola dentro de tu vida.

  • 6 LEY DE CORRESPONDENCIA

 La ley de correspondencia es quizá la más importante de todas y es en muchos sentidos una ley sumarial que explica muchas otras leyes. Establece «que lo de fuera es una proyección de lo de dentro». Nos viene a decir que tu mundo exterior es un fiel reflejo de tu mundo interior. Esta ley declara que puedes saber lo que está pasando dentro de ti con solo fijarte en lo que está pasando a tu alrededor.
            Toda la dinámica de la vida es un ir de dentro hacia afuera. Tu mundo externo expresivo se corresponderá con tu mundo interno pensante y emocional.
            Tu mundo externo de relaciones vendrá determinado por la persona que lleves dentro; o sea, por tu verdadera personalidad interna. Tu salud será la que configuren tus actitudes mentales internas. Tu mundo exterior de logro económico e ingresos irá parejo a tu mundo interno de pensamiento y preparación. La forma en que la gente responda y reaccione ante ti será un reflejo de tu actitud y comportamiento hacia ella.

  • 7 LEY DE EQUIVALENCIA MENTAL

La ley de equivalencia mental, también llamada ley del pensamiento, en realidad puede considerarse como una reafirmación de las leyes anteriores. En esencia nos viene a decir que los pensamientos por sí mismos toman cuerpo real. Es decir, cuando tus pensamientos son repetidos e imaginados de forma vívida y están cargados de emociones, llegan a convertirse en tu misma realidad. Para bien o para mal, casi todo lo que has conseguido en la vida se debe a tu propio pensamiento.
            Los pensamientos se convierten en cosas. Toman vida por sí mismos. Primero los tienes tú, pero luego son ellos los que te tienen a ti. Las más de las veces actúas de manera consecuente con lo que estás pensando. Al final llegas a ser lo que piensas: si cambias tu pensamiento, cambiarás tu existencia.

            Todo lo que sucede en la vida, ha sido generado por el pensamiento. De aquí que la reflexión sea la cualidad esencial de las personas que tienen éxito. Llegar a ser un buen pensador implica utilizar tus poderes mentales de tal modo que estén en todo momento al servicio de tus más preciados intereses.

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